BOLIVIA: Corazón Sorprendente de América del Sur

¿Qué país de Sudamérica elegirías para ir de vacaciones? Si yo tuviese que escoger tres países, ¡Bolivia estaría entre ellos seguro! ¿Por qué? Sencillamente por sus gentes, sus increíbles paisajes y por las experiencias que ofrece.

Hoy va a ser un día algo especial porque vamos a hablar de un destino en América por primera vez y nos vamos a salir por un momento de los destinos ultra “raros” o súper exóticos. Esta semana he querido hacer homenaje a un país del que guardo grandes recuerdos y al que no le falta su dosis de exotismo. Por otro lado, me parece buena idea escribir también sobre lugares a los que todos podemos ir con más facilidad, ¿verdad? Pues eso.

Hispanoamérica tiene destinos impresionantes de verdad. Yo he pasado una buena parte de mi vida en tres de sus países y algunos de esos años han sido de los mejores que puedo recordar. Años que, por otra parte, aproveché para conocer un buen número de los estados que conforman la región. El resto los conocí después hasta que completé todos y cada uno de ellos.

Viendo las fotos que iba a incluir en este post me ha dado un ataque de risa incontrolable al ver lo “gordinflillas” que estaba (digo de risa por decir algo). Algunas, por puro decoro, las he omitido. Menudos michelines… la cabeza voluminosa como una olla express… ¿¿Qué me daban de comer?? Eso si, yo estaba feliz como una perdiz.

Bolivia

Me lancé con mi pareja de aquel entonces (una gran chica) a un viaje por algunos países suramericanos entre los que se encontraba Bolivia y nos lo pasamos pipa repipa.

Son muchos los lugares que encantan en Bolivia. Sus ciudades tienen una magia relajante, sus gentes son buenas gentes y, para terminar de seducir, tiene unos lugares atractivos como pocos. En este post me centro en algunos de estos últimos: el Lago Titicaca, las minas de plata de Potosí y el Salar de Uyuni.

Mercado de las Brujas

Nosotros llegamos de noche a La Paz. ¡Ojo! Que es el aeropuerto internacional más alto del mundo y está a más de 4.000 metros y se nota. Yo he pasado muchos años viviendo en ciudades a mucha altura y lo noté. ¡Comed ligero esa noche! No hagáis como yo que no se me ocurrió otra cosa que preguntar por el plato típico y comérmelo nada más llegar. Era Fricase de Cerdo… ¡¡mirad la receta en Internet!! (claro, no me extraña que al llegar a La Paz los bolivianos vieran mi panza desde Cochabamba). La digestión fue laaaaaaarga y pesaaaaaaaada. Pero el Fricase ese estaba de lujo.

Mercado de las Brujas

Tras conocer La Paz y su mercado de las Brujas, nos fuimos al Lago Titicaca (todavía con el Fricase golpeándome el esternón). El Titicaca es el lago navegable más alto del mundo y, ya sea desde Perú o desde Bolivia, es una maravilla. Del lado boliviano, destaca la Isla del Sol. Con sus mitos, sus gentes con los rostros curtidos por el sol, sus adorables pueblecitos y las llamas… ¡oh! las llamas… tan simpáticas cuando te hacen caso… ¡cuidado! no las molestes mucho que te echan un escupitajo en el ojo y ya puedes empezar a buscar un parche de esos. Por cierto, ¿alguien sabe dónde se venden esos parches? ¿existe el “parchista” o es “parchero”? ni idea…

Isla del SolLa navegación por el lago es genial también y la experiencia, en general, aunque algo turística, la puede hacer cualquier persona y merece la pena ya sea que vayas con amistades, en familia, con niños, con los cuatro abuelos o con tu equipo de la Federación de Cinquillo.

Isla del SolDe allí nos trasladamos a Potosí tras pasar un par de días en Sucre. Un pueblo con cierto encanto y vía de acceso a las minas del mismo nombre. Minas de plata que fueron muy importantes en su día (siglos XVI y XVII) y donde desafortunadamente murieron muchos indígenas en su explotación.

Hoy en día se pueden visitar. Pero nada de un paseíto, no, no. Sin tonterías. Allí te vistes de minero, entras con un lote de cosas que has de comprar previamente y dentro haces hasta rituales. Las compras: hoja de coca y cigarrillos (para los trabajadores), alcohol (era una especie de aguardiente de la más baja calidad que he visto en mi vida) y dinamita. No, no se me ha ido el dedo. He dicho dinamita. De la que hace ¡bum catapum!

Minas de Potosí

Para ser una visita accesible al que quiera no está mal, ¿eh? Entras allí con tu traje de minero, tu linterna en la cabeza, con el culo en pompa por los túneles… le das alcohol al espíritu de la mina mientras le pones un “piti” en la boca y se lo enciendes… De repente todo el mundo se pone a mascar hoja de coca y, para rematar, coges la dinamita y empiezas a poner “bombas” y petardazos por todos lados. Que digo yo… no sólo suena peligroso… ¡¡¡es que lo es!!! Espero que hoy en día hayan puesto más control porque más de uno se va a quedar ahí fumándose un “caducados” junto a la estatua del espíritu ese… En cualquiera de los casos, ¡¡toda una experiencia!!

Minas de Potosí

Llenos de polvo de la mina nos pusimos rumbo al Salar de Uyuni. Que lugar… de verdad de la “güena”. Imaginaos un desierto de sal más grande que todo el Principado de Asturias en España o la mitad de la provincia de Tucumán en Argentina. De hecho, es el más grande del mundo. Tocho, tocho, tocho… para ser de sal, claro.

Salar de Uyuni

Un lugar para soñar. Formaciones caprichosas, efectos ópticos, mucho blanco por todos lados, un pequeño hotel hecho de sal y la mítica Isla del Pescado con sus cactus que ¡¡¡llegan hasta los 10 metros!!!

Salar de Uyuni

El plan no puede ser mejor. Contratas a tu guía, a tu cocinero (o cocinera) y te adentras en el salar varios días. Con precaución, porque si el coche pasa por una zona donde la capa de sal no es muy gruesa, te quedas fumándote un cartón de “caducados” seguro ya que sacar el coche de ahí va a ser muuuuuy difícil.

Desde allí puedes seguir ruta hasta el desierto de Atacama en Chile, aunque nosotros nos fuimos a Santa Cruz de la Sierra. Tras unos días de relax en un hotel de lujo con piscina (bueno, motel con charca) dejamos Bolivia para adentramos en Paraguay. Os contaría las aventuras de Paraguay pero hoy no toca…

¡¡¡Hasta la semana que vieneeeeee!!!

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5 reflexiones sobre “BOLIVIA: Corazón Sorprendente de América del Sur

  1. Carolina

    Hoy ingresé a la página, con la curiosidad de leer un artículo o dos, pero fue inevitable que me interesará por leer más y más. Tu apreciación sobre Bolivia refleja una gran sensibilidad por la naturaleza, pero especialmente la mirada humana con la que viajas por el mundo, como boliviana sólo puedo decirte ¡GRACIAS! por compartir tu experiencia en Bolivia y los diversos viajes de forma amena y cercana.

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  2. Isaac Mar del Plata

    José Antonio, vos siempre prometés escribir sobre algún país y después os olvidás para siempre. Acá prometiste :

    “dejamos Bolivia para adentramos en Paraguay. Os contaría las aventuras de Paraguay pero hoy no toca…”

    Pero pasan las semanas y los meses, y lo prometido no se cumple y vos nos dejás con la miel en la boda. Acá decimos que “lo prometido es deuda”. Pero vos no respetás ese refrán.

    Mi pregunta es ¿Cuándo escribirás sobre Paraguay, un país adonde casi nadie va y del cual hay poca información?

    Gracias y un abrazo. Espero pronto leer sobre Asunción.

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    • TravelZungu Autor del Post

      Estimado Isaac, por supuesto que lo prometido es deuda pero yo escribo una vez a la semana. Todo llegará pero con el tiempo! No dejaré ningún país sin tocar. Te lo garantizo. Un abrazo!

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