Livade Y Motovun, CROACIA: ¡¡Reino de la TRUFA!!

¿¿Os gustan las trufas?? Si es así, no os perdáis este post. Si no, no os lo perdáis tampoco porque los lugares de los que os voy a hablar hoy ¡¡son toda una preciosidad!!

A - 16

La semana pasada dimos un apacible paseo por Rovinj, ese pueblito pesquero auténtico repleto de empedradas y empinadas callejuelas empinadas, y os decía al final del artículo que muy cerca de allí se podía encontrar algo realmente preciado por muchos. Pues ese algo no es ni más ni menos que la famosa trufa. Sí, ese hongo tan aromático como delicioso, ese suculento manjar.

A - 13

A unas decenas de kilómetros de Rovinj, en el interior de la península croata de Istria, encontramos dos poblaciones que están directamente ligadas a las trufas: Livade y Motovun. Allí sí que saben de lo que hablan y de lo que hablan es de trufas. Allí todo gira entorno a la trufa. Hasta las peonzas.

A - 20

Nosotros llegamos con unas ganas inmensas de saber mucho más de ellas, de buscarlas, de encontrarlas y, sobre todo, ¡¡de comerlas!! Así que contratamos a un experto “trufero” con sus expertos perros rastreadores para que nos desvelase todos sus secretos y nos adentrara en el bosque a vivir la experiencia en persona.

A - 9

Nada más llegar a Livade fuimos conscientes de que el pueblo, literalmente, ¡¡huele a trufa!! ¡¡Genial!! Y se oyen ladridos permanentemente provenientes de las laderas de las colinas cercanas. Son aquellos de perros rastreadores en plena faena por toda la región.

A - 6

En breve, pusimos rumbo al bosque. Había llovido y había mucho barro pero por unas trufas se hace lo que haga falta. Para sumar un agravante, ¡¡se vivía la peor temporada en 50 años!! Pero nosotros ilusionadísimos con todo el equipo. Si vais, id con un zapato adecuado porque la cosa se pone complicada y el terreno es difícil en ocasiones. Es un bosque frondoso, de cuento…

A - 4

Las trufas negras se encuentran principalmente en invierno, primavera y verano y, la blanca, normalmente en otoño. Ambas son exquisitas pero esta última es muchísimo más cara (¡¡¡en aquel momento estaba a 5.682 Euros el kilo!!!). Esto convierte a las trufas en la comida más cara del mundo.

A - 1

La negra tiene altos precios también pero no son tan desorbitados y puede ser, en ocasiones, 10 veces inferior al de su prima. Y es que la negra es cultivable mientras que la blanca no (y esto las hace más escasas. Ya sabéis que escaso es igual a caro). Aún así, todas son siempre difíciles de encontrar en el bosque.

A - 2

El plan es “simple”: Los perros rastrean, su olfato les dice algo, excavan… ¡¡y se les para!! Porque se la pueden comer o la pueden destrozar perdiendo así buena parte de su valor. En ese momento, te acercas, sigues excavando en el lugar con sumo cuidado y ves si hay trufa o no. Si no la hay, se sigue buscando. Si la hay… ¡¡¡OHH!!! Recompensa para el perro y deleite visual y boca aguada para los buscadores.

A - 3

Estos perros son entrenados desde pequeños. A sus madres les ponen aceite con trufa en las tetillas para que los enanos reconozcan el olor y se vayan acostumbrando. A veces, pasan 10 veces por un mismo lugar y no encuentran nada y, a los 10 minutos, de repente y en el mismo sitio, encuentran una. Todo un misterio. Y es que todo parece ser un misterio con las trufas.

A - 5

Tras un buen rato por allí buscando, ¡¡¡encontramos una!!! ¡¡¡BLANCA!!! Pero muy pequeña. Nos la comimos directamente del suelo tras limpiarla. ¡¡¡QUÉ RICAAAAA!!! y luego otras dos parecidas. Muy chiquitillas y no de gran valor (no pesaban casi nada) pero nos sabían a gloria. Si llegan a ser bien regordetas y pesadas seguro que nuestro experto “trufero” las coge y sale por patas dejándonos allí con los perros, jeje.

A - 7

Satisfechos con una experiencia fantástica, volvimos empapados al pueblo a comer diferentes quesos untables hechos con trufas, pasta con trufas y todo lo que tuviera trufas acompañado todo ello de buena cerveza local. Toda una delicia. ¡¡¡INCREÍBLE!!!

A - 11

Como no nos podíamos ir de allí sin llevarnos el famoso producto local, aprovechamos para visitar el pueblo de Motovun que está allí mismo en la picota de una colina. Un pueblo de marcado carácter medieval por el que daba gusto pasear. Con intrincadas callejuelas empedradas, arcos de piedra y unas vistas excelentes.

A - 14

Hay tienditas por allí en las que, si no está el dueño o la dueña, pegas un grito y alguien se asoma por una ventana diciéndote que ya bajan. ¡Qué tiendas…! Ohhh… son el Disneylandia de las trufas. De todas las formas y tamaños, en salsa, en aceite, en quesos, en polvo, trufa sobre trufita, trufita sobre trufa, trufones, trufetas, trufillas… y todo para satisfacer el paladar de los que somos “truferos”.

A - 18

Y llegó el momento de partir, aunque no sin antes comprar algunos de aquellos manjares para, en algún nostálgico día posterior, poder recordar una gran experiencia a través de un sabor único.

¡¡Hasta la semana que viene!!

¿Te gusta lo que lees? ¡Difúndelo!

 

¿Quieres recibir los siguientes posts en tu correo?

¡Suscríbete a TravelZungu aquí!

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>