Hoy os voy a desvelar algunos lugares fascinantes de Guatemala. ¡Y es que tienen de todo allí! La semana pasada os hablé de Ciudad de Guatemala y de la ciudad colonial de Antigua. En este post nos adentraremos más por su tremenda geografía ya que un viaje a esta nación bien merece un buen recorrido para disfrutar de todo lo que puede ofrecer.
Si os queréis poner al día, tenéis el post anterior aquí, ¿ok? Para que tengáis una visión completa. Así que, sin más dilación, ¡volvemos!
Aparte de Antigua, que es una maravilla como vimos, uno de los lugares que dejaron profunda huella en mi memoria fue Chichicastenango. El nombrecito se las trae, ya lo sé, pero amigos míos… ¡Vaya pueblo! ¡Es que es total!
Hay que ir en día de mercado, ¿eh? porque es sin duda uno de los más coloridos de Centroamérica y un sitio en el que se pueden ver ritos religiosos difíciles de observar en otro lugar.
El mercado de Chichi (Chichicastenango para los amigos) es bullicioso, está repleto de gente, es muy vistoso y los olores van y vienen. Para mí, es el corazón de Guatemala latiendo. Se puede encontrar de todo, comer en un chiringuito entre sus abarrotados pasillos, compartir con sus gentes y, en definitiva, disfrutar a tope. Todo el mundo se mezcla, se compran y venden mercancías y la convivencia adopta límites ejemplares.
Por ejemplo, en la catedral de Chichi, está permitido celebrar rituales mayas ancestrales al tiempo que se ofician misas católicas. Eso sí que es integración y lo demás son tonterías. Tuve la oportunidad de verlo con mis propios ojos. Más allá de lo impactante, te hace pensar que si ellos pueden convivir en armonía, ¿por qué el resto no parecemos ser capaces de ponernos de acuerdo para nada? ¡Chapó por las gentes de Chichicastenango!
No muy lejos de allí encontramos el Lago Atitlán a orillas de Panajachel. Éste es el lugar para tirarse a la bartola y pasarse unos días como un hippie de los de antes. Por cierto, hay unos cuantos por allí. Las vistas del lago, los volcanes circundantes y, de nuevo, la sensación de paz que os comentaba que ma daban muchos lugares de Guatemala…
Te vas a un chiringuito, te pides una cerveza Gallo bien fría y a disfrutar de la tarde repanchingado. Luego te das un paseíto por el lago, le das un beso de tornillo a tu pareja si llevas compañía y piensas: “¡Cómo mola Guatemala!”. Si no vas en pareja pues te das un par de palmadas en la patata y listos.
Pero hay mucho más que lagos y mercados en el destino del que os hablo… También encontramos en este pedazo de país ruinas mayas de primer orden como Tikal al norte del país (que, como Antigua, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO). Allí el asunto es más en plan Indiana Jones. Selva, ruinas y misterios.
Multitud de edificaciones emergen del verde intenso de la jungla. Algunas son realmente impresionantes (como el templo del Gran Jaguar) y puedes dejar fluir tu imaginación todo lo que quieras. Tumbas, templos, palacios, recovecos y la selva omnipresente.
Si nunca habéis visto ruinas mayas, éste es un muy buen ejemplo y puede poner la guinda a vuestro viaje a tierras guatemaltecas. Yo, desde allí, puse rumbo a Belice pero esa historia ya os la conté…
¿A dónde nos iremos la próxima semana? Ahh… Sorpresa… Bueno, sorpresa para mí también porque no lo he pensado todavía, jeje.
¡Hasta el lunes que viene!
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Aupa¡¡¡
Gracias nuevamente por descubrir los rincones de un pais tan lejano para muchos, y compartirlos con nosotros.
Un abrazo
Lola
De nada. Me alegro de que hayas descubierto sitios aquí. Abrazos!
Totalmente de acuerdo contigo. Guatemala es un país que lo tiene todo. Muy interesante.
Un abrazo.
León Hochman.
Veo que somos un club grande de amantes de Guatemala! Un abrazo, León!