Sí, amigos, sí. Hay nombres de lugares que evocan pasiones y ganas de dejarlo todo para irse al paraíso. Hawaii es uno de ellos. En este blog vamos a entrar por primera vez en Estados Unidos pero con estilo, por Hawaii, con dos… Porque, seamos sinceros, nadie sabe qué hay que ver o hacer en Arkansas.
Si sois del género masculino, haced esta prueba y comprobaréis el efecto de Hawaii (parecido al de Bora-Bora) en vuestra pareja:
Tú: Mi amor, se me ha ocurrido que en estas vacaciones podríamos ir a recorrer las Montañas Rocosas con nuestras mochilas, acampando y disfrutando del aire fresco de las alturas. Comiendo bocadillos nos apañaremos y te iré contando las características de cada ave endémica de la región como el famoso aguilucho de cuello largo, pico verde, pecho gris y pata flaca… ¡oh! qué gran pájaro…
Ella: Mmm… Sí, suena genial y todo eso… Ya si se tercia pues… ya vemos y tal… Luego me cuentas que estoy aquí con el “coso” este que me urge…
Tú: O, podríamos ir a Hawaii…
Ella: ¡MI AMOR! (dice mientras tira el “coso” ese a 10 metros y se le ponen los ojos como platos) ¡QUÉ IDEA MÁS BUENA! ¿CUÁNDO? ¿¿CUÁNDO NOS VAMOS?? SUPONGO QUE PRONTO PORQUE, YA SABES, LAS OPORTUNIDADES, AL VUELO. ESPERA, QUE LLAMO A MI MADRE PARA DECIRLE QUE NO CUENTE CON NOSOTROS HOY QUE ESTAREMOS OCUPADOS HACIENDO MALETAS.
Estás vendido. Vas a ir a Hawaii… ¡Y LO SABES! Pero no te preocupes porque, en Hawaii, también hay pajaritos. No sé si de pata flaca pero, haberlos, haylos.
Hoy vamos a entrar en las islas pero en su lado más urbano porque, aunque no lo creáis, Honolulu es una ciudad estadounidense relativamente grande con sus rascacielos y todo. Nada de chozas de paja, no. Aunque al llegar penséis que estáis en Los Ángeles, estad seguros de que habéis llegado a Hawaii.
Pues sin más dilación, dejamos la elegante Guernsey en el Canal de La Mancha de la pasada semana y nos vamos al Pacífico, a la Polinesia. Porque sí, Hawaii pertenece geográficamente a la Polinesia (ya os he comentado en alguna ocasión que la Polinesia no es únicamente la Polinesia Francesa) aunque políticamente es un estado (el número 50) de los “Iunaited Esteits of Ameruica yeah chisburguer cauboy”.
Honolulu se encuentra en la isla de O’ahu, una de las ocho islas principales del archipiélago y es donde se corta el bacalao.
Yo llegué allí al revés que todo el mundo supongo ya que, en vez de llegar desde Norteamérica, lo hice desde las Islas Marshall. Claro, después de pasarme meses dando saltos de isla en isla con mi pareo y viendo poco desarrollo, de repente me encuentro en Honolulu, una city de verdad (y lugar de nacimiento de Barack Obama), con sus semáforos, avenidas… Toda una sorpresa.
Hay que ser honestos, nadie viene a Hawaii para visitar sólo Honolulu pero allí vais a llegar probablemente. En cualquier caso, tiene su lado positivo porque, si queréis, en esta ciudad vais a encontrar restaurantes, hospitales, museos, centros comerciales, orden y hamburguesas. En definitiva, todas las comodidades. ¡Tiene hasta un chinatown!
Pero hay quizá dos lugares entorno a Honolulu que seguro que a todos nos suenan. Uno es Pearl Harbor. ¿Os acordáis? La base naval que bombardearon los japoneses y que provocó la entrada de E.E.U.U en la Segunda Guerra Mundial. El otro es la playa de Waikiki. Menudos paseos se daba por allí Elvis Presley pero más que por Elvis, el lugar es importante por ser la cuna del surf moderno. ¡Ojo! Que no es lo mismo “Waikiki” que “Quiqui Guay”, ¿eh? Así como no es lo mismo “huele a traste” que “atrás te huele”.
Lo que se respira en cuanto ves el mar es la cultura del surf, sin duda. Desde surfistas en el agua a estatuas recordando a sus grandes figuras pasando por infinidad de escuelas de este maravilloso deporte. ¡Animaos! Porque, más fácil, no os lo pueden poner. Te cuelgas un collar de flores al cuello, coges tu tablita, te metes en el agua y a disfrutar que son dos días.
Culturalmente hay que ver una danza “hula”. Fundamental. No se puede ir a Hawaii sin oír su música y ver su danza más popular. Si no sabéis lo que es, preguntadle a cualquier mujer: “¿Cómo bailan en Hawaii?” y ellas desplazarán ambos brazos de forma horizontal hacia un lado y luego hacia el otro moviendo las manos como las alas de una gaviota al tiempo que dicen “jula-jula…”. Pues es exactamente eso pero con una falda de hojas y unos cocos en el pecho.
¿Y para comer? Mahi Mahi, claro. Aunque los antiguos hawaianos preferían el Humuhumunukunukuapua’a (no es coña). ¿Qué no sabéis lo que es? Esta gente… ¡Pues un Rhinecanthus rectangulus! Anda que… Bueeeeeeeeno, también se le puede llamar Pez Ballesta cola de cuña o, para que nos entendamos todos, pececillo de colorines de forma raruna. Si lo encontráis para comer, con solo pronunciar el nombre, aunque no os guste, quedaréis satisfechos. Es el pez del Estado así que un respeto y se le puede encontrar haciendo snorkel por el archipiéloago.
Y dejamos por hoy Honolulu, lugar que supone la puerta del paraíso para muchos… Volcanes, playas, buceo, snorkel, trekking, amaneceres, surf… Pero de eso hablamos en otra ocasión…
¡Hasta la semana que viene!
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Genial, me parto y a la vez me informo como nadie lo haría