Si la semana pasada nos adentrábamos en Hoi An para conocer uno de los centros turísticos y culturales más afamados del país, hoy nos vamos a la playa. ¡A muy buenas playas! ¿Te apuntas? ¡Vámonos!
Una de las grandes virtudes de Vietnam como destino es que tiene de todo. Ciudades atractivas, una cultura interesantísima, excelente gastronomía, paisajes espectaculares… ¡¡Y también buenas playas!!
Para bañarnos, nosotros decidimos visitar la isla de Phu Quoc, que se encuentra en el extremo Suroeste de la nación (frente a sus costas y las de Camboya). Habíamos oído hablar de esta isla como un reducto intacto del Sudeste Asiático y pusimos rumbo hacia allí con nuestros bañadores preparados.
Muy probablemente, Phu Quoc tenga algunas de las mejores playas de Vietnam pero, al mismo tiempo, su natural y exuberante atractivo empieza a verse eclipsado por el desenfrenado desarrollo urbanístico que está sufriendo.
Parques de atracciones, tremendas autopistas, urbanizaciones vacacionales inmensas, incontables nuevos resorts… Yo creo que se les está yendo un poco las manos ¡y dentro de poco habrá que pedir hora para meter el pie en el agua!
Y, sí, amigos, hay unos cuantos mosquitos. Sin ir más lejos, uno de ellos marcó territorio picándome en lo más íntimo. ¡Menos mal que yo no uso farda-paquete! Porque uno de mis “ellos” adquirió volúmenes desproporcionados. Cosas que pasan.
¡Pero centrémonos en lo bueno!
Para ahogar las penas, la ciudad principal (Doung Dong), aunque no precisamente bonita (mucha basura y con algunos malos olores), no deja de tener bares muy animados con música de toda la vida, cerveza barata y buen rollo.
Y más que en los bares, la acción se centra en el mercado nocturno de la city. Marisco y cervezas a saco. ¡¡Ese es el plan!! Y muy recomendable.
¿¿Y las playas?? Que de eso hemos venido a hablar, ¿no? Pues vamos a ello.
Para conocerlas y hacerse una buena idea de Phu Quoc, lo mejor es alquilar un scooter. Fácil y barato. Pero, venga, venga, las playas…
Las de los hoteles, que son privadas, están bastante bien aunque hay algunas públicas que son una maravilla como Sao Beach al Sureste de la isla. ¡Toda una preciosidad! Aunque algo petada sobre todo de locales (que, por cierto, se bañan vestidos).
Es la única de arena blanca, blanca. Tan popular es, que tiene columpios, banana ride, motos de agua, restaurantes y cerveza (por menos de un euro) en primera línea de playa… Lo mejor es caminar del lado derecho hacia el final y estarás prácticamente solo.
Hay muchas otras a lo largo de la isla como Long Beach (donde hay muchos alojamientos) o la algo más cuca Ong Lang. Pero no todo son playas en Phu Quoc. El Norte es muy selvático y, en esa zona, desde el cabo de Ganh Dau, se puede ver hasta Camboya.
También se puede disfrutar de preciosos atardeceres en la costa Oeste (desde Doung Dong, Long Beach, Ong Lang…).
¿Y la comida? Ya os he hablado del marisco del mercado nocturno pero también se puede encontrar de buena calidad en los restaurantes flotantes de Ham Ninh al Este.
Toda una experiencia elegir el género que tienen allí mismo a la vista esperando ser devorado. En cuanto al café… bueno, digamos que sabe a chocolate y es muuuuuy espeso…
Para terminar, os diré que, aunque Phu Quoc es genial y es una buena opción para disfrutar del mar en Vietnam, tampoco diría que es el paraíso terrenal. Para eso, siempre preferiré el Pacífico Sur.
¡Hasta la semana que viene!
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