La semana pasada nos sumergimos en la realidad espeluznante de Oradour-sur-Glane en Francia. En esta mejor os hago pasar el mal trago con tequila yéndonos al lugar de México (Méjico) en el que se destila esta preciada bebida. Sí amigos, porque de vez en cuando un buen chupito de tequila te quita las penas (aunque para esta haría falta más de una botella).
Dejamos entonces la masacre de Oradour-sur-Glane sin olvidarnos de las víctimas y nos trasladamos a México, ese país que hace soñar a muchos y que hace las delicias de la mayoría. ¡Vámonos!
Yo conozco bien México. De hecho, viví allí varios años y guardo grandes recuerdos. Es un país que tiene mucho que ofrecer al visitante. De desiertos a playas, de rica cultura a suculenta gastronomía, de acogedores pueblos a inmensas ciudades… contrastes, buenas gentes… En fin, podría seguir y seguir. Seguro que muchos de vosotros lo habéis visitado y os habéis ido encantados si no os habéis topado con los males de la nación.
De todas las oportunidades que tuve de conocer su extensa y variada geografía, he escogido una que me parece simbólica: el pueblo de Tequila. Por que sí, es un pueblo el que da nombre a la bebida. Se encuentra en concreto a unos 50 kilómetros al noroeste de la mítica ciudad de Guadalajara en el estado de Jalisco. Los amantes del destilado de agave estarán en Disneylandia aquí y los de los Patrimonios de la Humanidad por la UNESCO también ya que así está reconocido este sitio.
La zona es un mar de agave azul que es la planta que da origen al Tequila. Agaves por aquí, agaves por allá y un sinfín de destilerías que dan trabajo a buena parte de la población. La más conocida por ser la que vendió la primera botella legalmente a finales del siglo XVIII es José Cuervo. ¿Quién no ha oído hablar de José Cuervo? (bueno, seguro que alguno no) y allí, en pleno pueblo se encuentra Mundo Cuervo, donde se produce más de esta bebida espirituosa de lo que os podríais imaginar.
Muchas famosas marcas (Don Julio, Sauza, Herradura, etc…) están en o alrededor del pueblo de Tequila que, al mismo tiempo, tiene ese encanto prehispánico y colonial tan característico de México. Se pueden visitar y conocer el proceso de destilación. También está el Museo Nacional del Tequila y, para rematar, te puedes montar un show con mariachis, mucho tequila y muchas risas. Eso sí, quedaos a dormir por allí que con tanta cata y tanto chupito más de uno termina a cuatro patas. Y no os olvidéis de llevaros unas cuantas botellas a precios inigualables.
En una comida con amigos mexicanos no suele faltar un tequila como aperitivo aunque no se lo toman como la mayoría de nosotros nos pensamos. Pocas veces he visto yo allí que la gente se tome el tequila dándose un lametón en una mano rebosante de sal, de un trago y terminando con el espachurramiento de una rodaja de limón en la boca. Para tomarse un tequila 100% agave, lo más normal es pedirlo solo, con sangrita o bandera. La sangrita, en general porque hay variedades, es un licuado de tomate, otras verduras, limón, sal y chile que combina muy bien con el tequila.
Un traguito de sangrita y luego otro de tequila y así hasta que se termine. Con calma, degustándolo. Una delicia. Cuando se pide bandera, además del caballo (vasito tipo chupito) de sangrita se añade uno de limón. Al final te encuentras con tres caballos: uno de tequila, uno de sangrita y uno de limón. Si los colocas en el orden adecuado, ¡tienes la bandera de México ante ti! Simbólico y rico.
¡Si vais, que lo disfrutéis en todas sus presentaciones! Blanco (plata), joven (oro), reposado, añejo, extra añejo… Y me veo obligado a decir que bebáis con moderación, ¿eh? No me echéis broncas luego.
¡Hasta la semana que viene!
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Excelente. Gracias por enseñarnos tanto.
Un abrazo.
Leon Hochman.
A ti por leer! Abrazos!
¡ Estupendo Jose !
Mejor explicado no se puede.. hasta se me antojo, jaja
Un abrazoo.!
A quién no se le antoja un tequila de vez en cuando!! Abrazotes!
Me gustó esta crónica.
Saludos desde México, Mr. JARD.
Me alegro de que te haya gustado! Un abrazote!!